miércoles, junio 10, 2015

La Búsqueda

Nadie lo sabe, yo no lo sé, somos muy egoístas para aceptar que no lo sabemos, pero muy ignorantes para saberlo. Buscas el significado en donde no hay concepto, la respuesta en donde solo hay preguntas, buscas el camino sin ninguna dirección ¿dónde? Empezaste muy pequeño dando los primeros pasos inseguro, asustado, pero no de caer te daba miedo seguir adelante, no había de donde asirse, tenías que seguir por ti, muchos se quedan en el camino, la vida no es justa, el mundo es cruel, te engulle en sus fauces mortales de las que sabes que no saldrás vivo, nadie lo hace y nunca lo hará. Un momento de inspiración llega, te has enamorado, el mundo ya no luce tan sombrío, la muerte se ve distante, ya no odias a tu familia, ya no odias la escuela, ves lo colorido del amanecer y la sutileza del anochecer. Todo ha cambiado, pero ¿ es solo un momento o es toda la vida?,  siempre termina y siempre va a doler, va a doler mucho, más de lo que puedas soportar, tu vida terminará, el mundo se acabará, se estrecharán las paredes de la realidad en un aplastante y violento movimiento. Eres un claustrofóbico atrapado en tu pequeña e insignificante vida.  No hay salida al menos parece no haberla, pero escapas, lastimado, sangrando, desfalleciendo, agonizando ; te lames las heridas como un animal que ha sobrevivido a un combate mortal y poco a poco vas sanando, vuelves de nuevo a caminar, paso a paso lo vas logrando, sana tu cuerpo, sana tu mente, sana tu alma, pero se quedan las cicatrices, espera… un animal aprende y nunca volverá a cometer el mismo error, aprende que no debe pelear contra algo que siempre lo derrotará, cuando se acerca ese enemigo huye, es lo más sensato, es su instinto de supervivencia, tú no, tú no lo tienes, ves de nuevo la amenaza y tus ojos brillan, la abrazas, como una madre abraza a su hijo regresando de la guerra, aunque sabe que todo ha cambiado, lo ve y piensa que es él. Bendita inocencia, la madrastra de todos los males de la civilización, nadie sabe porque la consideran una virtud, una duda más, una pregunta más de la que nadie y todos tienen una respuesta. Sabes que vas a volver a perder, no hay forma de ganar, no puedes engañar a la muerte, ¡no puedes!, pero la estúpida inocencia, la tonta ironía de la voluntad humana, de la que Dios se ríe, el regalo que nos fue dado, como el libre albedrío, para condenarnos, es demasiado para nosotros, nunca dejamos de buscar, buscar el amor, buscar la felicidad, buscar la riqueza, el éxito, la satisfacción, el orgullo, la vergüenza, la tristeza, el sufrimiento, la vida… la muerte, nunca paramos de buscar y eso; la muerte es lo único seguro que vamos a encontrar.